Cristóbal Griffero (Fintoc): «Para muchas Fintech el banco les hace cuello de botella»

Cofundador de Fintoc cuenta cómo fue la experiencia virtual en Y Combinator, la aceleradora de emprendimientos más famosa del mundo.

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Los integrantes de Fintoc viajaron en enero a Silicon Valley, donde en condiciones normales se realiza Y Combinator. Esta aceleradora de startups, que fue fundada en 2005, los seleccionó junto a otras startups chilenas (Houm, AgendaPro y Poliglota) para su generación 2021, que se realizó de manera remota. Un nuevo récord para empresas nacionales emergentes, las que expusieron por Zoom.

«Fuimos igual y nos juntamos con otras startups y con algunos inversionistas. El foco fue generar el lazo en el equipo, para poder avanzar, pensar en una idea. Con el trabajo remoto, la vida se pone muy práctica. Tú trabajai, haces tu cuestión, pero no generas instancias más creativas. Si las tratas de hacer, salen muy forzadas», dice Cristóbal Griffero, cofundador de Fintoc, a Las3Claves.

Griffero relató en el blog de Fintoc cómo fue que lograron, en apenas un año, crear una empresa que fue seleccionada por Y (C). En marzo de 2020, cuando comenzaron las cuarentenas, también se inició esta compañía, que ya cuenta con 40 clientes. En septiembre, recibieron financiamiento en el Demo Day de Platanus.

– ¿Qué hacen, si lo pudieras explicar en simple?
– Fintoc es una API, pero aquí todavía no se conoce mucho el concepto. En Chile hay 14 bancos y una plataforma como Fintual, Buda o cualquier empresa tecnológica que quiera conectarse a ellos, no tienen la capacidad para hacerlo. Fintoc es una API que se conecta a todos los bancos, una capa de integración entre estos y las fintech, que te permite ‘conversar’ para pagar, leer la cartola, ver cuánto saldo tienes. Por ejemplo, Fintual le puede preguntar a Fintoc cuánta plata tengo en el banco o si me pagaron.

Con eso, se pueden automatizar una serie de procesos como ver si alguien te depositó, cuánto y si llega fin de mes, decirle al banco que pague todos los sueldos. Se puede automatizar cualquier tipo de instrucciones. La gracia es que es una API para todos los bancos, lo que permite al cliente hacer la conexión una sola vez. Apostamos a tener una solución regional, no sólo para Chile.

– ¿Cuál es la mayor dificultad?
– Inventamos esta API donde no hay nada y somos muy rápidos para arreglar si pasa algo. Si el banco cambia la página, la startup va a tener que parar parte de su desarrollo para ajustarse a los cambios. Si trabajan con nosotros, nos hacemos cargo, lo arreglamos muy rápido, estamos todo el rato monitoreando y arreglando esos errores.

-¿Cómo se les ocurrió?
– Con Lukas Zorich, mi socio, no nos conocíamos. Se nos ocurrió por separado y nos unió Fintoc. Durante tres años trabajé en la misma oficina con Fintual y Buda.com y tenía el sesgo de estar con empresas muy tecnológicas. Vi que estaban demasiado obsesionadas con automatizar todo, con sacar a la persona del medio y programar y programar. Eso hace que dependan de las instituciones financieras, como el banco, y toda la relación que tenían con el banco les hacía cuello de botella a la hora de la automatización. Fintual y Buda tenían el mismo problema, que era que se querían conectar vía API, pero ninguno podía.

Faltaba esta capa de integración y googleando un poco di con Plaid, que es el Fintoc de EE.UU. Son gigantescos y se los compró Visa en US$ 5.300 millones (en enero de 2020). No me quedaba muy claro qué tan grande era el mercado y cuántos clientes había.

-¿Y el socio?
– Lukas tenía una idea parecida. Platanus Ventures estaba sacando su primera generación y me gusta cómo ellos hacen negocios, directo al punto, muy práctico. Me faltaba el socio y Lukas Zorich estaba postulando con otra empresa, que vendía paltas por internet. Nunca entendí muy bien lo que hacía y no le fue bien. Le mandó un mensaje a un amigo y le dijo que iba a hacer Plaid para Chile. Yo dije ‘cresta, me va a quitar la idea‘. Me encontré en el pasillo con Pedro Pineda (de Fintual) y le conté. Me lo presentó y en dos horas, nos pusimos a conversar y terminamos siendo socios.

– ¿Cuáles son sus clientes?
– Yo te diría que el 70% son fintechs, que antes gastaban mucho tiempo en meterse al banco, bajar la cartola, sacar los movimientos a mano, meterlos a un sistema. Ahora, quedan «enchufados» con el banco, lo que te reduce errores de tipeo y te ahorra un montón de tiempo. Hoy tenemos 40 clientes.

– Es harto para el poco tiempo que llevan.
– Sí. Con Lukas, los dos programamos y eso es algo muy importante para cualquier fundador de una empresa que vende APIs. Eso nos permitió ejecutar la idea muy rápido, sabíamos perfectamente qué hacer y en dos o tres meses teníamos una cuestión fea, pero andando. Partimos en marzo, en abril nos pusimos a programar y ya en julio estábamos con clientes. No hemos parado. En Github puedes ver la actividad de cada uno y te das cuenta que es 24/7 la cuestión, todo el día subiendo código.

El Demo Day y los 88 interesados

– ¿Qué oportunidades se les abren con Y Combinator?
– Tiene muchas dimensiones. Es una validación gigante y sólo te invierten si ven el potencial de ser un unicornio (valer más de US$1.000 millones). El programa parte con tres meses de formación, pero todo eso está en internet. Lo más valioso es la red, es inimaginable. Todos tus compañeros son brillantes y si tienes un producto, ya hay 300 personas que lo van a usar como primeros clientes. Además, el día de mañana pueden tener un unicornio.

Otra ventaja es que estás a un mail de la persona que quieras. Preguntas si alguien te puede hacer una intro con Mark Zuckerberg y siempre hay alguien que lo ubica o que trabajó con él. Hay que moverse, pero está la posibilidad.

Lo otro es que filtran tan bien, que se produce una asimetría brutal entre inversionistas y startups. En general, los inversionistas se regodean porque hay muchos emprendimientos. Aquí es al contrario, había 5.000 inversionistas invitados, para 300 invitados, peleándose por nosotros.

– ¿Cómo fue el Demo Day por Zoom?
– Tienes 60 segundos para exponer tu startup. Al otro lado de la pantalla estaban los inversionistas mirando, desde fondos conocidos como Sequoia hasta famosillos como Ashton Kutcher. Tú presentas y los inversionistas tienen un botón para ponerle like. Si lo presionan, les llegan un mail a los dos para ponerlos en contacto.

-¿Cuántos apretaron el botón?
– Deja ver. Tuvimos 88 interesados en invertir, unas 10 veces más de los inversionistas que hay en Chile.

-¿Cuál es la proyección y sueños de Fintoc?
– Esto da para mucho. Digitalizar el banco está recién partiendo, hay miles de industrias que dependen de ellos. Al final, nosotros vamos a estar entre medio. Queremos este año salir de Chile, ir a México y Colombia, donde tenemos clientes. Cuando la gente diga Fintoc, sepa que es la conexión entre el banco y la empresa.

Ahora estamos cerrando el tema de las inversiones del Demo Day y con eso ampliar el equipo. Somos muy ambiciosos en términos de tener un grupo muy bueno en ingeniería. En Chile hay varias startups, pero el problema que estamos resolviendo en Fintoc es muy de ingeniería y creo que puede ser muy atractivo para algunos talentos. Es como trabajar en la Nasa para los computines, con problemas súper difíciles y si se cae el sistema, perjudicas a muchas personas.

– Por último, ¿los bancos colaboran? ¿Cómo han reaccionado?
– Yo creo que todavía no cachan muy bien. Se han acercado a hablarnos como tres veces, de qué estamos haciendo. Un poco como sapos. Nos gustaría colaborar más con ellos, hasta ahora hemos tenido conversaciones, pero muy lento.

Las3Claves del emprendimiento en fintech:

El foco es lo más importante. Nosotros somos sólo cuatro personas y tenís que estar muy enfocado en un problema. Si tratai de hacer todo, no hacís nada. Hacer una cosa, hacerla bien e iterar.
Resolver un problema real. Muchas veces uno inventa que es un problema, pero no le hace la vida más fácil a nadie y no genera valor. Hay que estar muy cercano al cliente y no demorarse en lanzar. Sacai algo muy feo, lo probai rápido. Si te demorai, podís estar un año perdiendo el tiempo.
Armar un buen equipo. Suena obvio, pero mucha gente contrata una agencia de recursos humanos o un head hunter para armar su equipo, pero yo creo que hasta que no sean 100 personas en el equipo, todos deben pasar por ti. Una startup es una guerrilla, son pocos recursos y tenís que hacer daño, muy organizado.

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